Mi Buenos Aires querido cuando yo te vuelva a ver, no habrá más penas ni olvido. El farolito de la calle en que nací fuel centinela de mis promesas de amor, bajo su quieta lucecita yo la vi a mi pebeta luminosa como un sol. Hoy que la suerte quiere que te vuelva a ver, ciudad porteña de mi único querer, y oigo la queja de un bandoneón, dentro del pecho pide rienda el corazón. Mi Buenos Aires tierra florida donde mi vida terminaré. Bajo tu amparo no hay desengaños, vuelan los años, se olvida el dolor. En caravana, los recuerdos pasan, con una estela dulce de emoción. Quiero que sepas que al evocarte, se van las penas del corazón. Mi Buenos Aires querido cuando yo te vuelva a ver, no habrá más penas ni olvido.