En una ciudad cualquiera, en cualquier habitación donde se compran amores a plazos y a condición; donde los nombres no importan, don dinero es la razón. En una ciudad cualquiera y en cualquier habitación; era un tiempo aquel aquella edad, de querer saber un poco más, de querer calmar mi temporal, de empezar a amar. Y luego ella se fue dejando atrás un sabor a hiel, a soledad; no pudo calmar mi temporal no me pudo amar, y así te vi yo, don nadie, comprar acciones de amor, acciones que luego al cambio se quedan en un adiós; y le contaste una historia para darle una razón. En una ciudad cualquiera, en cualquier habitación, tiempo de un amor que nada da, sólo a cambio de... después se va. Tiempo de una noche y de un lugar; tiempo nada más. En un ciudad cualquiera, en cualquier habitación, viví una noche cualquiera cualquier historia de amor. Que todos somos cualquiera, no me digan que no son en una ciudad cualquiera y en cualquier habitación.